Piedra, papel o tijera, de Inés Garland. Buenos Aires: Alfaguara, 2009.
Alma es una joven de clase media que va con sus padres todos los fines de semana de su vida al Tigre. Próximo a su muelle está el de Carmen y Marito, sus mejores amigos que viven con la abuela Ángela. La abuela tiene ocho hijos, cuatro viven con ella en la isla en una casa chica y humilde. Otros viven en Santiago del Estero y su hija Mabel, la madre de Carmen y Marito, huyó a Comodoro Rivadavia con un marino. Allí tiene un hijo, Lucio, que luego trae a vivir con la abuela Ángela.
Carmen y Alma comparten secretos y los diferentes mundos que viven. El de Carmen sencillo, austero y lleno de libros. El de Alma, de amigos superficiales, padres consumistas, y fines de semana diferentes. Muy diferentes. Alma descubre la vida de los isleños, muy distinta a la de los habitantes que llegan en lancha los fines de semana. Alma acompaña a Carmen a cuidar y limpiar la casa de la húngara, que durante una época fue amante del Tordo, uno de los tíos de Carmen. El Delta con sus dificultades y encantos es el escenario de un mundo desconocido que Alma descubrirá año a año, con dolores y pasiones.
La novela transcurre durante la última dictadura militar y Alma, sólo después que ocurren hechos muy transcendentes, podrá atar cabos y salir de su caja de cristal para involucrarse hasta dónde ella no imagina.
La narradora entre paréntesis nos va adelantando información para confirmar en el epílogo (tres décadas después) que su vida más allá de las diferencias sociales estuvo siempre ligada a sus entrañables amigos.
Los tres protagonistas despiertan al amor y comparten travesuras, soledades y lecturas. Alma crecerá ideológicamente y descubrirá su identidad marcada por secretos, ocultando y develando situaciones.
Inés Garland escribió además, Una reina perfecta, El rey de los centauros, Cuentos de luz y de sombras. Piedra, papel o tijera es una de las mejores novelas editadas en 2009 en Argentina. [Reseña de Sandra Comino.]
Premio Destacados 2009 categoría Novela